Ayer, en “¿De qué está formada la decisión?” vimos que la decisión puede tomarse con el instinto, la pasión o la razón.
Pero, ¿son absolutas?
¿Hay personas que solo deciden con el instinto como suelen hacer los animales? ¿O algunos que solo sigan la pasión? ¿O quienes analicen todo y no valoren en nada ni el instinto ni la pasión?
Es una cuestión interesante de analizar.
Cada decisión que tomamos en nuestra vida es diferente una a otra. No podemos decir que una persona siempre sigue su instinto o su pasión o su razón. Lo que suele haber es predominancia de una hacia la otra.
Por ejemplo, nosotros sabemos (con el raciocinio) que si un auto nos choca nos podría llegar a matar, pero la realidad es que si estamos en una situación límite como esa, no nos ponemos a analizar que pasaría si salto o si no salto a un costado. Ahí nos gana el instinto y saltamos sin analizar mucho.
La cuestión de la pasión es más fácil verlo en alguna relación. En la cual realizamos diferentes actos para ayudar al otro por más que no sea enteramente de nuestro agrado o nos complique otras cuestiones y que, individualmente, no nos sea conveniente. Por ejemplo, levantarse una o dos horas antes para llevar al trabajo a tu pareja.
En cuanto a la razón se pueden dar muchos ejemplos en los cuales predomine. Es claro que en la película “Yo, robot” está por demás utilizada la razón y los robots dejan de analizar otras cuestiones y eso es perjudicial en la toma de decisiones.
Por eso, cuando tomamos decisiones, estos 3 factores las afectan. A veces algunas más y otras menos. Pero lo cierto es que no decidimos puramente con alguna. Lo que sí podemos afirmar es que la razón se utiliza cuando al menos se pensó si hacer o no hacer alguna maniobra.
Sebastián Saja, ¿Con qué tomó esta decisión?
Veamoslo con un ejemplo que duela… la eliminación de Racing Club de Avellaneda de la Copa Libertadores de América 2015 en el día de ayer en instancias de cuartos de final.
Uno de los factores predominantes para que no pudiéramos ganar fue la expulsión de Saja en una pelota que quedó divida por un mal pase, la pelota lo superó a el y en el momento en que iba a pasar el jugador de Guaraní, el gran arquero lo agarró del pie. Por último hombre se tuvo que ir expulsado.
Ahora, en frío, ¿Qué lo llevó a Saja a hacer eso? ¿El instinto, la pasión o la razón?
Podemos decir que, desde el instinto, ningún jugador quiere que le hagan un gol, menos un arquero y por eso le salió de adentro estirar el brazo.
Desde la pasión se podría deducir que ya que esa jugada se originó en el error de un defensa (Grimi) y fue muy rápida, las pulsaciones suben, la sangre genera que nuestro cuerpo se mueva y así, Saja deja todo (la posibilidad de seguir jugando) porque no le cometan el gol.
Y, podemos hacer un análisis más personal, por el cual Saja es un arquero experimentado, líder grupal junto a Milito, ellos no se dejan llevar por el instinto o la pasión, son inteligentes y utilizan la razón, sabe que de haber sufrido un gol íbamos a tener que hacer 3 goles para poder pasar sino quedábamos afuera y le pareció mejor cometer un penal y salir expulsado a que quedar obligados a hacer 3 goles.
Más allá de todo este análisis y lo que cada uno de nosotros creamos que fué, de la única forma que podemos resolver esta cuestión, es preguntándole a Saja que lo llevó a hacer eso… es así de complejo y simple. Desde las 3 posturas, era una alternativa con muchas chances de ser elegida y, sin dudas, las tres influyeron, pero solo él sabe si alguna predominó.