Llevar adelante una organización conlleva una dinámica que nos hace convivir con diferentes hechos, entre ellos, los tan fastidiosos problemas…
Por más esfuerzo que le pongamos a lo que hacemos, siempre van a surgir problemas. Los cuales tenemos que saber como resolver, o no. Es importante que seamos conscientes, realistas y sinceros con nosotros mismos y con las situaciones que se nos presentan para encontrar una solución a los problemas.
Y para esto, es muy importantes que podamos distinguir los tipos de problemas con los que nos podemos cruzar. Hay tres tipos de problemas diferentes según el nivel de control, los mismos pueden ser:
1 – De control propio
2 – De control compartido
3 – Variable condición (Condición de borde).
En el primer caso, uno mismo es quien controla las acciones y lo puedo resolver sin necesidad de la intervención de terceros. Es un problema bajo mi control.
El segundo caso, los problemas de control compartido, los debemos resolver con la ayuda de otra parte. Debemos establecer alianzas estratégicas. En este caso, sería un problema bajo mi influencia.
Y en el tercer caso, es algo que no podemos operar, las reglas de juego están totalmente fuera de mi control. Es un problema en que quedo fuera de juego. La única opción disponible a intentar es la denuncia, quizá la escuche alguien que puede influir y así podremos llegar a una solución. Si no, es una condición de borde con la que tendremos que aprender a convivir.
Después de entender ante que problema estamos, podemos elaborar un frente de ataque para resolverlo.